Tengo el privilegio de enseñar la materia “Predicación” a los estudiantes que recién comienzan. Una de sus primeras tareas es seleccionar un pasaje. Siempre les pregunto: “¿Cómo saben qué pasaje predicar?”. En el contexto del ministerio parroquial del púlpito, las respuestas son (1) la cantidad de tiempo que tengo para predicar puede determinar mi pasaje o (2) las necesidades de la congregación. Hablamos de la importancia de tener un calendario de predicación. No estoy segura de cómo eligen mis alumnos un pasaje. Cuando les he preguntado, la respuesta más notable es: “Este pasaje realmente comunica”.
Sí, hay una diferencia entre estudiar un texto por su potencial para el púlpito o la predicación versus estudiar un texto para escuchar lo que dice Dios.
Haddon Robinson suele advertir a los estudiantes que no acudan a la Biblia en busca de un sermón.
¿Cómo abordas la Biblia cuando te preparas para la predicación?
La predicación es una tarea enorme y ocurre cada semana. Listos o no, ¡aquí viene! Tienes otras responsabilidades ministeriales que te afectan. Puedes ver por qué un predicador tal vez desee simplemente poner por escrito el tema y terminar con ello. Y, después de todo, la Biblia es la herramienta principal del predicador.
Sin embargo, también es la Palabra de Dios. Y los predicadores responsables recuerdan que la Biblia es Palabra de Dios. Es una revelación de él. Acudimos a la Biblia para escuchar una palabra de parte de Dios.
Con demasiada frecuencia nos acercamos a la Biblia con un punto de vista del tipo “qué puede hacer este pasaje por mí. ¿Acaso este pasaje me hará ver interesante, bien informado, creativo?”. Al igual que cuando exprimimos el jugo de un limón, a veces en la predicación queremos exprimir un sermón del pasaje.
Pero cuando hacemos tal cosa, se convierte en una receta segura para obtener un sermón amargo. Hemos perdido algo muy importante en el trayecto: creer que la Biblia es la Palabra de Dios, entender que cuando la Biblia habla, Dios es aquel que nos habla.
Esta semana, al preparar tu prédica, no vayas a un pasaje en búsqueda de un sermón. Ve a la Biblia para escuchar a Dios hablar. Y cuando escuches a Dios hablar, entonces podrás predicar, realmente predicar. Acude a la Biblia para escuchar a Dios hablar
Scott Gibson
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