En el seminario teológico Gordon-Conwell hablamos de la idea global. La idea global es la idea dominante en tu sermón. Se compone de dos preguntas: En primer lugar, ¿de qué está hablando el autor? Y segundo, ¿qué dice el autor sobre lo que está diciendo?
Tratamos de cristalizarla en una idea que se dirija a la gente del siglo XXI. Es importante darnos cuenta de que, en el sermón, esta idea —la idea global— es lo que tiene que pasar. Los sermones tienen todo tipo de ideas. Si lo piensas en términos de un esquema, tienes números romanos, son todas ideas. Bajo los números romanos, tienes A, B y C; todas son ideas. Tal vez en la A, tienes 1 y 2, son ideas. Todas estas ideas se unen para que tus oyentes lleguen a la idea global del sermón.
Pongámoslo de este modo: la idea global de la buena predicación es predicar la idea global. No hablo de minimizar lo que hagas en tu sermón. Estoy diciendo que la desde la introducción comienzas a llevar a tus oyentes hacia esa idea; el material de apoyo (es decir, los números romanos) sustentan esa idea, y la conclusión conduce a tal idea.
Todos aprendemos mediante ideas. Una semana después de dar tu sermón, muy pocos serán capaces de replicar tu bosquejo. De hecho, si le preguntas a tu cónyuge o un amigo sobre lo que predicaste hace una semana, puede que la respuesta tense tu relación. Pero, si logras tomar esa idea y expresarla de forma clara, mostrándole a la gente de dónde surge en la Biblia, cómo se relaciona con el lugar donde viven hoy, ilustrarla, aplicarla y hacer de la idea global la gran idea de tu sermón, verás que dicho proceso es más efectivo.
Por lo general, las personas no logran manejar un montón de ideas que parecen no relacionarse entre sí. Pero les darás algo por lo que vivir, algo por lo que morir, si tienen ideas que controlen sus vidas. La Biblia es un libro de ideas. Tiene poesía, narrativa, parábolas, literatura, etc., pero es básicamente un libro de ideas. Todos estos géneros diferentes están teniendo una idea. Al predicar, tienes que saber cuál es esa idea en el texto y cuál es para tu gente. Luego, esfuérzate por destacar esa idea global, afírmala en sus mentes y en sus vidas. La idea global de la buena predicación es predicar la idea global. Anhelo que lo estés haciendo y espero que sigas haciéndolo.
Haddon W. Robinson
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